Son síntomas claros, reconocibles y que aparecen todos los días y las noches. Surgen cuando hay cansancio, baja energía, motivación y unas tremendas ganas de mandar todo a la punta del cerro.
Es que uno a veces cree que la fuerza vital que lo sostiene es infinita, y le da y le da, hasta reventar.
Y lo peor es que no sólo uno se revienta el cuerpo físico, sino que también la mente. Las emociones se desatan y como una avalancha arrastran a los más cercanos, por lo que al final nadie te aguanta o comprende. Es que de tanto estar mal, aburres.
Son síntomas claros, reconocibles y que aparecen todos los días y las noches. Surgen cuando hay cansancio, baja energía, motivación y unas tremendas ganas de mandar todo a la punta del cerro.
Es que uno a veces cree que la fuerza vital que lo sostiene es infinita, y le da y le da, hasta reventar.
Y lo peor es que no sólo uno se revienta el cuerpo físico, sino que también la mente. Las emociones se desatan y como una avalancha arrastran a los más cercanos, por lo que al final nadie te aguanta o comprende. Es que de tanto estar mal, aburres.
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